Restablecimiento de la vegetación para restablecer el ciclo hidrológico

El Mediterráneo es un punto caliente del cambio climático, con proyecciones de aumento de las temperaturas y una reducción de las precipitaciones. En algunas zonas semiáridas del Mediterráneo se ha producido una reducción significativa de las tormentas de verano que traen lluvias en el período más seco del año, siendo crucial para muchos sectores (por ejemplo, agricultura, bosques y para la recarga de acuíferos). Esta reducción de las tormentas de verano se ha atribuido a un cambio en la cobertura del suelo, en particular, a las crecientes zonas costeras urbanizadas que han llevado a la pérdida de humedales costeros y cultivos de regadío, así como a un aumento de grandes incendios forestales. Sin embargo, el impacto total del cambio de la cobertura de la tierra en el clima local y el ciclo hidrológico todavía no se entiende bien. Aparte de sus efectos en el clima local, los bosques proporcionan muchos otros servicios importantes a las poblaciones locales. Por lo tanto, la reforestación puede constituir una medida de adaptación sin lamentar a un clima cambiante, siempre y cuando se tengan en cuenta las posibles compensaciones, como el aumento del riesgo de incendios forestales. Se proponen acciones para las zonas mediterráneas.