Conectar la biodiversidad y la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo: Informe del Segundo Grupo ad hoc de Expertos Técnicos sobre Biodiversidad y Cambio Climático

La biodiversidad tiene un papel muy importante que desempeñar en la mitigación y adaptación al cambio climático. La buena gestión de ecosistemas como los humedales y los bosques sigue siendo una opción eficaz de mitigación dado el alto potencial de secuestro de los sistemas naturales. La permanencia de los sumideros de carbono también está vinculada al mantenimiento o mejora de la resiliencia de los ecosistemas.

A medida que el cambio climático amenaza el medio ambiente, los servicios ecosistémicos, como la alimentación y la vivienda, la protección de las comunidades contra la sequía y las inundaciones, la base de los conocimientos tradicionales y las innovaciones, se volverán aún más importantes y valorados. Este informe proporciona ocho mensajes clave de expertos de renombre mundial en los campos de la biodiversidad y el cambio climático para ayudarnos a comprender mejor cómo interactúan la biodiversidad y el cambio climático y cómo podemos trabajar juntos para lograr nuestros objetivos comunes.

Una sección específica está dedicada a las relaciones entre Adaptación al Cambio Climático y Biodiversidad, destacando tres aspectos principales: en primer lugar, la necesidad de adoptar estrategias y prácticas de adaptación para mantener la propia biodiversidad frente al cambio climático; en segundo lugar, los posibles efectos de las actividades de adaptación más amplias en la biodiversidad y, en tercer lugar, el uso de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como parte de una estrategia general de adaptación para ayudar a las personas a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático.

El informe también evalúa los pros y los contras de los mecanismos para reducir los impactos del cambio climático en la biodiversidad, incluida la adaptación basada en los ecosistemas, la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal (REDD) y otras actividades de gestión del uso de la tierra. También se consideran los impactos de la energía alternativa, la geoingeniería y otras actividades de adaptación en la biodiversidad.