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Mensajes clave

  • Tanto los efectos climáticos agudos (es decir, los fenómenos meteorológicos extremos) como los crónicos (es decir, los cambios a más largo plazo en el medio ambiente) están afectando a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

  • Las TIC están siendo cada vez más reconocidas como facilitadoras de enfoques innovadores para mitigar, monitorear y adaptarse a los impactos del cambio climático.

  • La estrategia de adaptación de la UE establece claramente que la transformación digital es fundamental para alcanzar los objetivos de adaptación del Pacto Verde. Nuevos instrumentos como Destination Earth y Digital Twins tienen una gran promesa de impulsar nuestra comprensión de los impactos climáticos presentes y futuros a escala planetaria y local. También se reforzarán las mediciones y la observación de los océanos.

Impactos, vulnerabilidades y riesgos

Los desafíos que plantea el cambio climático para las TIC se dividen en dos categorías principales: eventos agudos y tensiones crónicas. Los eventos agudos (también denominados eventos críticos o de crisis) incluyen inundaciones (pluviales, fluviales, costeras), huracanes, tormentas de hielo, olas de calor, etc. Los eventos agudos comprometen las infraestructuras de TIC al destruir o inhabilitar los activos físicos de los que dependen. Si bien pueden tener efectos devastadores, los eventos agudos tienden a ser de corta duración.

Las tensiones crónicas son el resultado de cambios más graduales en las normas climáticas. Estos cambios incluyen un aumento de los rangos de temperatura diurna y anual, una mayor exposición a temperaturas extremas, altas temperaturas sostenidas más largas, una variación más rápida de la temperatura, una mayor humedad y efectos de segundo orden, como cambios en los patrones de precipitación y viento que conducen a una entrada de agua más frecuente o daños por tormentas. Si bien es menos probable que estos impactos tengan consecuencias catastróficas, conducirán a una mayor degradación de los activos, fallas más frecuentes y vidas más cortas, lo que a su vez tendrá consecuencias financieras significativas porque los activos necesitarán ciclos de actualización y reemplazo más frecuentes y probablemente requerirán un monitoreo más intenso para detectar signos de deterioro. Las tensiones crónicas se manifiestan en plazos mucho más largos. Además, un calentamiento y un clima más variable hacen hincapié en la red eléctrica al aumentar los requisitos de demanda de refrigeración. Los centros de datos son propensos a los impactos del cambio climático. Utilizan cantidades significativas de agua para la refrigeración.

En general, las TIC son descentralizadas y modulares y, por lo tanto, tienen una elevada resiliencia frente al cambio climático. Las líneas fijas redundantes, la diversidad de proveedores de servicios de Internet, la itinerancia de emergencia y los sistemas de respaldo de microcarga de teléfonos celulares aumentan la resiliencia climática de las TIC. Esto podría cambiar en el futuro con el aumento de la computación en la nube, lo que implica tener concentraciones de infraestructura.

Marco político

El marco político para la adaptación al cambio climático para las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la UE se centra en mejorar la resiliencia de las infraestructuras de TIC a los impactos del cambio climático y reducir la huella ambiental del sector a través de medidas de eficiencia energética y otras iniciativas. El marco político para la adaptación al cambio climático de las TIC en la UE se establece a través de la Agenda Digital de la UE. En 2020, la segunda estrategia digital quinquenal —configurar el futuro digital de Europa— se centró en tres objetivos clave de la transformación digital: tecnología que funcione para las personas, una economía justa y competitiva y una sociedad abierta, democrática y sostenible. En 2021, la estrategia se complementó con la brújula digital de diez años: el enfoque europeo para la década digital,que concreta las ambiciones digitales de la UE para 2030. La Estrategia prevé un papel importante para el sector de las TIC en la lucha contra el cambio climático y sus efectos. La estrategia de adaptación de la UE establece claramente que la transformación digital es fundamental para alcanzar los objetivos de adaptación de la UE. Nuevos instrumentos como Destination Earth y Digital Twins tienen una gran promesa de impulsar nuestra comprensión de los impactos climáticos presentes y futuros a escala planetaria y local. También se reforzarán aún más las mediciones y la observación de los océanos.

La Directiva de la UE sobre inundaciones establece un marco para la evaluación y gestión de los riesgos de inundación a fin de reducir las consecuencias negativas de las inundaciones en la salud humana, las actividades económicas, el medio ambiente y el patrimonio cultural de la Unión Europea. Esto también permite considerar cuestiones como la infraestructura de las TIC.

En vista del aumento de los riesgos (incluidos los riesgos climáticos) con respecto a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y del crecimiento de la digitalización y la interconexión, a finales de 2024 se estableció la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) para seguir reforzando la resiliencia operativa digital en el sector financiero de la UE mediante la introducción de un marco jurídico común. Además de contener normas exhaustivas con respecto a la gestión del riesgo relacionado con las TIC, la gestión de incidentes relacionados con las TIC, las pruebas de resiliencia operativa digital y los riesgos de terceros relacionados con las TIC, DORA cubre en gran medida el sector financiero de la UE con una aplicación ampliada a no menos de veinte tipos de entidades financieras.

Mejora de la base de conocimientos

La evaluación europea de riesgos climáticos de 2024 ofrece una evaluación exhaustiva de los principales riesgos climáticos a los que se enfrenta Europa hoy y en el futuro. Identifica 36 riesgos climáticos importantes que amenazan nuestra seguridad energética y alimentaria, los ecosistemas, las infraestructuras, los recursos hídricos, los sistemas financieros y la salud de las personas, teniendo también en cuenta el riesgo para el sector de las TIC.

Apoyo a la inversión y la financiación

La UE también ha puesto en marcha varios programas de financiación para apoyar la adaptación al cambio climático para las TIC. Por ejemplo, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional proporciona financiación para proyectos que mejoran la resiliencia de las infraestructuras de TIC frente a los impactos del cambio climático. El programa de investigación e innovación Horizonte Europa también apoya la investigación y la innovación en el ámbito de la adaptación al cambio climático para las TIC.

En la página sobre financiación de medidas de adaptación de la UE puede consultarse un resumen exhaustivo.

Apoyo a la aplicación de la adaptación

Como parte de un mandato de la CE iniciado en 2014, la Comisión y el CEN-CENELEC han tratado de abordar la adaptación de las normas y la normalización europeas al cambio climático, haciendo especial hincapié en la resiliencia de sectores clave. Esto ha llevado a revisar las normas de infraestructura en los sectores afectados por el cambio climático, como la energía, el transporte, la construcción y las TIC.

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