Aplicación de la adaptación

Debido a su naturaleza transversal, la adaptación podría integrarse en políticas sectoriales como la gestión del agua, el transporte, el medio ambiente construido o la salud. La evaluación de las actividades en curso en diversos ámbitos y sectores políticos (véase el paso 2.6) proporcionará a un municipio una visión general de las oportunidades de integración de la adaptación en todas las políticas sectoriales.

Se alienta a las ciudades signatarias del Pacto de los Alcaldes a diseñar y reportar acciones que integren componentes de adaptación y mitigación o pobreza energética. El seminario web «Integración de la mitigación y adaptación para una acción climática más eficaz» explora este vínculo y presenta experiencias de las ciudades.

Los principales puntos de partida de la integración de la adaptación urbana son la planificación urbana, la gestión de riesgos y la presupuestación. 

En cuanto a la planificación urbana, es necesario revisar varios documentos de planificación para determinar opciones y estrategias para integrar la adaptación urbana. Estos pueden incluir los reglamentos de zonificación a nivel nacional, los planes existentes de uso de la tierra, las normas de control del desarrollo y los estatutos de construcción, los manuales de planificación de los distritos, los códigos de construcción, los planes de desarrollo urbano, las estrategias y planes de desarrollo sostenible, las estrategias y planes integrados sobre el cambio climático, así como los planes de gestión del riesgo de desastres y de respuesta a emergencias, así como las estrategias y planes sectoriales específicos.

Desde una perspectiva de gestión de riesgos, un enfoque útil puede ser no centrarse en el cambio climático per se, sino en mejorar la preparación, la solidez de la toma de decisiones y la resiliencia general. Los enfoques de gestión de riesgos junto con el análisis económico ayudarán a orientar estrategias específicas a las actividades más urgentes, asequibles o de mayor beneficio neto.

Es esencial incorporar las medidas de adaptación en los presupuestos municipales y sectoriales, en particular en lo que respecta a la adquisición y prioridad de los recursos. Además, la integración transversal de la adaptación en la gobernanza permitirá su aplicación a lo largo del tiempo dentro de los presupuestos existentes y equilibrando los costes incrementales con los valores económicos, ambientales y sociales producidos.