Integración de la adaptación al cambio climático en los planes de conservación de la sequía y el agua

Es esencial para un plan de gestión de la sequía y/o conservación del agua la identificación de las partes interesadas relevantes que tienen una participación en el suministro de agua, la planificación de la sequía y la conservación del agua. Estos grupos de partes interesadas deben participar y estar representados de manera justa en una etapa temprana del desarrollo del plan. La participación en el proceso de planificación brinda a las partes interesadas la oportunidad de desarrollar una comprensión de los puntos de vista de los demás y generar soluciones de colaboración. Las partes interesadas locales tienen el mejor conocimiento de los diferentes sectores y componentes del uso del agua del ciclo hidrológico y pueden garantizar que los objetivos sean coherentes y se apliquen allí donde los costes socioeconómicos sean más bajos. La participación activa contribuye a lograr una gestión equilibrada de las fuentes de agua minimizando los conflictos entre los diferentes usos e impactos en el medio ambiente.

Un buen enfoque es establecer grupos de trabajo o foros que reúnan a partes interesadas identificadas, expertos experimentados y reconocidos en el campo del agua que puedan asesorar y consultar durante el desarrollo de los planes. Además, las mesas sectoriales en las que los debates pueden ser más fluidos y los pequeños grupos de partes interesadas pueden considerarse instrumentos útiles para promover la participación pública. La información y la consulta públicas pueden seguir procedimientos regulados o legislados (por ejemplo, boletines oficiales) o publicaciones amplias y de fácil acceso y medios electrónicos de información, siendo los últimos más utilizados por la sociedad.

Un factor de éxito importante para el diseño e implementación de planes de gestión de sequías y conservación del agua es la disponibilidad de un conocimiento profundo sobre:

· el patrón de usos del agua y su contribución al bienestar;

· las condiciones hidrológicas de las masas de agua y las correspondientes proyecciones del cambio climático a medio y largo plazo;

· los factores que influyen en la demanda de agua en los sectores económicos intensivos en agua y el consumo público de agua.

Para una gestión exitosa de la sequía y un plan de conservación del agua, es necesaria una participación activa de las partes interesadas y un buen diálogo entre la ciencia y los responsables políticos durante todo el proceso de planificación. Además, el plan de gestión de la sequía y de conservación del agua debe incluirse o coordinarse con los planes hidrológicos de cuenca exigidos por la Directiva marco sobre el agua de la UE. El establecimiento de sistemas eficaces de alerta contra la sequía contribuye aún más al éxito de la gestión de la sequía y la aplicación del plan de conservación del agua.

Los conflictos entre los valores e intereses sociales, económicos y ambientales pueden obstaculizar la colaboración necesaria durante el diseño y la implementación del plan, en particular cuando los recursos hídricos se vuelven más escasos. Las limitaciones legales durante el proceso de planificación se relacionan con los derechos de agua, las leyes de confianza pública existentes, los requisitos para los proveedores públicos de agua, las cuestiones de responsabilidad, entre otros.

Los costos asociados con el desarrollo de un plan estatal de gestión de la sequía y conservación del agua se pueden estimar entre 50.000 y 100.000 euros. Los costos de implementación varían considerablemente, dependiendo de la escala considerada, la gravedad del problema, las características locales de las masas de agua y los usos del agua, y el conjunto de medidas planificadas. Los costos siempre deben sopesarse con las pérdidas que se producirían en caso de que no hubiera un plan.

El beneficio es que todos los sectores económicos pueden continuar sus actividades de manera organizada, pero con niveles de agua reducidos, lo que significa que hay menos perturbaciones económicas y ambientales en comparación con una situación de sequía no gestionada.

Reglamento sobre los requisitos mínimos para la reutilización del agua para el riego agrícola

Con el fin de abordar la cuestión de la escasez de agua y la sequía en la UE, en 2007 la Comisión Europea publicó una Comunicación titulada «Abordarel reto de la escasez de agua y la sequía en la Unión Europea». La Comunicación enumera una serie de opciones políticas, que pueden aplicarse como una acción concertada de la UE para aumentar la eficiencia hídrica y el ahorro de agua y mejorar la preparación frente a las sequías y la gestión de riesgos. La Directiva marco sobre el agua, la iniciativa emblemática de la política de aguas de la UE, reconoce las sequías como amenazas potenciales que pueden deshacer los esfuerzos por lograr un buen estado ecológico de las masas de agua comunitarias. En noviembre de 2012 se completó un examen de las políticas relativas a la escasez de agua y la sequía, que se integró en el "Plan para la salvaguardia de las aguas europeas". La revisión llegó a la conclusión de que se había avanzado en la aplicación de los instrumentos políticos sugeridos en la Comunicación de la CE de 2007, pero que no se había alcanzado el objetivo general de revertir las tendencias de escasez de agua y sequía. El «Plan director» animaba a los Estados miembros a integrar mejor la gestión del riesgo de sequía en sus futuros planes hidrológicos de cuenca para garantizar la coherencia en la gestión de los recursos hídricos. En 2020, la Comisión Europea publicó un nuevo «Reglamentosobre los requisitos mínimos para la reutilización del agua para el riego agrícola»,que es pertinente para la conservación del agua y establece las normas relativas a los requisitos mínimos para la reutilización segura de las aguas residuales urbanas tratadas para el riego agrícola.

La creciente gravedad de las sequías en la Unión Europea y la necesidad de actuar han sido reconocidas por la «nuevaestrategia de adaptación al cambio climático de la UE»,adoptada en febrero de 2021. La estrategia propone un uso más amplio de los planes y medidas de gestión de la sequía para aumentar la capacidad de retención de agua de los suelos y la reutilización segura del agua.

El tiempo de implementación para el manejo de la sequía y / o los planes de conservación del agua depende de varios factores, como el tamaño del área afectada, los diferentes intereses de las partes interesadas y las implicaciones legales y sociales. Los tiempos típicos de implementación oscilan entre 1 y 5 años.

Si se desarrollan y aplican adecuadamente, la gestión de la sequía y los planes de conservación del agua suelen ser medidas a medio plazo (> 5 años). Para garantizar su viabilidad durante mucho tiempo, deben evaluarse periódicamente teniendo en cuenta los cambios climáticos y sociales, las nuevas tecnologías y las nuevas leyes. La evaluación y adaptación después de los eventos de sequía también juega un papel importante.