El verano del año pasado (2022) fue la temporada más calurosa registrada en Europa, lo que llevó a más de 61,000 muertes por exceso de calor entre la población europea (con una estimación superior e inferior que oscila entreaproximadamente 37,6 00y 86,80 0 muertes), según un estudio reciente publicado en Nature Medicine.

Los países del sur de Europa, incluidos Italia, Grecia, España y Portugal, sufrieron más, contasas de mortalidad relacionadas con el consumo h que oscilan entre 295 y 211 muertes por millón de personas. Solo una pequeña parte de las muertes relacionadas con el calor son el resultado de un golpe de calor. Más a menudo, el calor mata cuando el cuerpo humano ya no puede hacer frente a problemas de salud preexistentes como enfermedades cardíacas y pulmonares.

El exceso de mortalidad sigue siendo alto en relación con las más de 70,000 muertes relacionadas con el calor en Europa durante el verano de 2003, después de lo cual se diseñaron e implementaron estrategias de adaptación para proteger a las poblaciones en riesgo. Esto insta a la reevaluación y el fortalecimiento de las plataformas de vigilancia del calor existentes, los planes de prevención y las estrategias de adaptación a largo plazo, así como la protección de las personas vulnerables.

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