Medio ambiente saludable, vidas saludables: cómo influye el medio ambiente en la salud y el bienestar en Europa

La naturaleza constituye la base para la buena salud y el bienestar de la población europea. El aire limpio, el agua y los alimentos son esenciales para mantener la vida; los entornos naturales proporcionan espacio para la recreación, la relajación y la interacción social; y las materias primas se alimentan en nuestros sistemas de producción para proporcionar las comodidades de la vida contemporánea.

Al mismo tiempo, la contaminación ambiental es inevitable. Estamos expuestos a la contaminación en nuestros hogares, en nuestros lugares de trabajo, en el ambiente al aire libre y cuando comemos, jugamos, dormimos, manejamos, caminamos, nadamos o corremos. En 2012, el 13 % de todas las muertes en la UE fueron atribuibles al medio ambiente. Estas muertes son prevenibles y pueden reducirse significativamente a través de esfuerzos para mejorar la calidad ambiental. 

La pandemia de COVID-19 constituye un claro ejemplo de los vínculos inextricables entre la salud humana y la salud de los ecosistemas. Se cree que esta nueva enfermedad surgió en poblaciones de murciélagos y posteriormente saltó especies para infectar a los humanos en un mercado de mariscos y animales. La aparición de estos patógenos zoonóticos está relacionada con la degradación ambiental y las interacciones humanas con los animales en el sistema alimentario. Otros factores, como la exposición a la contaminación del aire y el estatus social, parecen afectar las tasas de transmisión y mortalidad de maneras que aún no se comprenden plenamente.

El cambio climático contribuye a la carga de enfermedades y muertes prematuras en Europa. Los efectos directos para la salud incluyen la muerte, las lesiones y el aumento del riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos y agua, como resultado de temperaturas extremas, inundaciones e incendios forestales. Los impactos indirectos son el resultado de cambios en la distribución de enfermedades transmitidas por vectores y alérgenos sensibles al clima, reducciones de la productividad agrícola y fuentes de agua contaminadas.